Cae mi semen nihilista
sobre tu renombrado ombligo,
y ya no quiero más
besos, no hay cariño en el vacío…
¡Y deberías
saberlo, mujer tóxica!
Me ofreciste un
café, pero ya había perdido los nervios.
No te miro y no sé
si me miras.
Somos un lienzo en
blanco con la paleta de colores
hastiada,
atornillados a un
edificio desvencijado
en el que roban
todos los días un poquito más de amor.
Somos el señor
Polla y la señora Coño rodeados de accesorios...
¿Ahora quieres
hablar?
¿Hablamos del
tiempo, de política, del tamaño de nuestra locura,
de la tristeza de
los charcos cuando sale el sol, de los agujeros
enterrados, del
sueño bailaor de los árboles un día de viento, de los años
que llevo
muriéndome?
No tengo razones
para gritarte, tampoco las necesité para follar,
así de innecesario
soy… sé dónde está la puerta…
¡¡¡No hables más!!!
Me enfermas…
¡¡¡Tóxica y vacía!!!
Del vómito he visto
salir los besos que me tragué contigo…
La bilis se parece
tanto a estar vacío.