Tengo una voz que no sale de casa,
viaja a través de los labios ficticios
como ese niño que teme sus vicios.
Ventana abierta & el reloj se atrasa.
La voz percute, rompe su carcasa,
se lanza en traje rojo de precipicio,
revolotea inefable sin juicio…
Ventana cerrada & la hora no pasa.
La noche me abraza, cierro los párpados
en un intento inútil de matarte,
en silencios de silicio te amo.
El niño que fui es ahora un bárbaro
en el sentido extranjero de amarte.
Salto al vacío, miro la hora y te llamo.